Creyendo en que Napoleón Bonaparte le reconocería como rey de España, accedió a reunirse con él fuera de las fronteras españolas, en Bayona, lugar donde ya se encontraban Manuel Godoy, Mª Luisa y Carlos IV, el cual fue obligado a abdicar en favor de su hijo que pasó a reinar como Fernando VII.
Era llano en el trato personal, pero destaca por su astucia y con humor cruel. Sumamente introvertido, hablaba y reía poco. Los comentarios generalizados de todos aquellos que le conocían eran sus falacias, doblez, cobardía, y no mostraba interés alguno por los Asuntos de Estado, que dejaba en manos de sus ministros. Era profundamente conservador y absolutista.
Su primer reinado en 1808 duró tres meses porque fue recluido por Napoleón en Valencay, dando entrada como rey de España a su hermano José I Bonaparte. En Valencay estuvo apresado durante más de 5 años, durante los cuales, no solo no opuso resistencia si no que ensalzó siempre que pudo a Napoleón y envió misivas al pueblo español para que aceptase el dominio y conquista de los franceses, sin embargo para los españoles era un símbolo de la resistencia a los franceses y era considerado como el Deseado.
En 1813, a la salida de España de José I de regreso a Francia, Fernando VII es reconocido como rey de España y aclamado a su llegada, pero qué poco duró la alegría, porque nada más llegar derogó la Constitución de 1812 y aplicó el absolutismo como agradecimiento al pueblo que tanto le deseaba. Fue cruel y despiadado con quien no comulgaba con sus ideas, tratando al pueblo como sus vasallos.
Su segundo matrimonio fue en el año 1816 con su sobrina María Isabel de Braganza, que era hija de su hermana mayor Carlota Joaquina y de Juan IV de Portugal. Dio a luz a una hija, que sólo vivió cuatro meses. Posteriormente quedó embarazada pero abortó y falleció. Dicho matrimonio duró dos años.
Su tercer matrimonio fue en el año 1819 se casa con María Josefa Amelia de Sajonia, que tenía entonces dieciséis años mientras que Fernando VII tenía treinta y cinco. Sus padres eran Maximiliano de Sajonia y Carolina de Borbón-Parma. No tuvieron descendencia en los diez años de matrimonio.
Fernando VII padecía macrosomía genital, siendo esta enfermedad consecuencia de la costumbre borbónica de casarse primos con primos para así preservar la sangre real. El conocido escritor francés Prosper Mérimée describe el miembro viril del rey de esta forma “tan gordo como el puño en su extremidad”. A ello hay que unirle una gran largura de su miembro.
Según las crónicas, parece ser que las heridas internas que producían el miembro viril del rey pudieran ser la causa de la muerte de sus esposas, de hecho, Mª Josefa de Sajonia, la noche de bodas, al ver aquello, salió chillando de la habitación suplicando que no quería ser víctima de él y de su pene.
Para intentar solucionar este problema de deformación del miembro viril de Fernando VII se le confeccionó un cojín con agujero que hiciera tope en medio del apogeo sexual del rey.
En enero de 1820, se subleva en Cádiz el ejército destinado a sofocar la insurrección de las colonias americanas. Esta sublevación estaba encabezada por el general Rafael de Riego, y poco a poco va triunfando por toda España. Fernando VII acabó a pesar de sus reticencias jurando la Constitución de 1812, haciéndolo el diez de marzo de 1820 y dando comienzo al Trienio Liberal que duró hasta 1823 momento de la entrada de los Cien Mil Hijos de San Luis que desde Francia vinieron para sofocar la rebeldía liberal.
Su cuarto y último matrimonio fue con su sobrina María Cristina de las Dos Sicilias, que era hija de su hermana menor María Isabel de Borbón y Francisco I de las Dos Sicilias. Tuvieron dos hijas:
Isabel II (1830-1904), reina de España durante veinticinco años.
Luisa Fernanda (1832-1897), infanta de España, casada con el duque de Montpensier.
A partir de 1823 empezó La Década Ominosa (que quiere decir «reprobación con dureza»), fue su etapa más cruel en la que persiguió a todo liberal que se preciase y donde su absolutismo se hizo más patente, pero viéndose en la necesidad de que su hija Isabel fuese reina, logró promulgar la Pragmática Sanción, por la cual la hija mayor podía reinar en España, cuestión que no admitió su hermano Carlos Mª Isidro que reclamó su trono y ante la negativa dio lugar a la Primera Guerra Carlista, una guerra Civil en toda norma.
Fernando VII fallece en Madrid el 29 de septiembre de 1933, se encuentra enterrado en la cripta real del Monasterio de El Escorial, pasando a la historia como uno de los peores reyes de España, el Rey Felón (que significa el desleal y traidor), aunque de ley es decir que él fue quien promulgó y mandó construir el Museo Real de Pintura (hoy Museo del prado) inaugurado el 19 de noviembre de 1819 y ordenó la restauración del Observatorio Astronómico.
A él hacen referencia las frases «Vísteme despacio que tengo prisa», la cual le dijo a un sirviente cuando le estaba vistiendo para ir a una recepción de Napoleón, y «Así se las ponían a Fernando VII» cuando sus más cercanos jugaban al billar con él y siempre fallaban dejándoles las bolas muy fáciles para que él venciese.
Esperemos haber sido veraces con la historia porque así lo hemos procurado.
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