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Carlos IV

Bueno, pues vamos a continuar con la serie de publicaciones de reyes de España con Carlos IV.

Carlos IV de Borbón, llamado el Cazador, fue rey de España desde 1788 hasta 1808.

Tuvo como primer ministro a Floridablanca, al cual destituyó por insinuarle que su mujer estaba liada con Godoy.

Tan débil y rendido era que siempre intentó agradar a Francia, con la que se alió contra los ingleses.

Firmó con Napoleón Bonaparte el Tratado de Fonteneblau por el cual permitía el derecho de paso de las tropas francesas por España para llegar a Portugal…y ya que estaban por España…decidieron conquistarla.

Pero no os lo perdáis, que aquí la peor era su mujer, Mª Luisa de Parma, estaba obsesionada con el fasto de la nueva corte napoleónica y gastó una fortuna en vestidos, perfumes y zapatos para estar a la altura de sus vecinos.

Un guardia de las Corps venezolano llamado Manuel Mallo se convirtió en el nuevo favorito de la reina, beneficiándose de una rápida y fulgurante carrera en la corte y con el que María Luisa mantendría una especial relación sadomasoquista.

Circuló por entonces un divertido relato. El rey viendo pasar un día desde un balcón del palacio de San Ildefonso a Manuel Mallo con un nuevo coche de cuatro caballos y escolta de cuatro pajes con librea, le preguntó a Godoy:“¿De dónde saca Mallo tanto dinero? ”. Y Godoy socarronamente responde: “Una vieja loca se ha enamorado de él y le da tanto dinero como quiere. Ella roba a su marido para pagar a su amante”.

El rey que permitió la entrada de los franceses tuvo que huir de España y abdicar en favor de su hijo Fernando VII obligado por éste mismo.

Falleció el 20 de enero de 1819…descanse en paz.

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Carlos III

A las buenas a tod@s,

Hoy vamos a hablar de Carlos III, «El Mejor Alcalde de Madrid».

Hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio, nació en Madrid el 20 de enero de 1716.

En 1731 fue nombrado duque de Parma y Toscana, y entre 1735 y 1759 fue rey de Nápoles.

Destaca el hecho de haber sido quien ordenó comenzar la excavación sistemática de las poblaciones sepultadas por la erupción del Vesubio del año 79: Pompeya, Herculano

En 1759 sucedió a su hermanastro Fernando VI en el trono español, cargo que ocupará hasta su muerte.

Cuando llegó a Madrid se encuentra una ciudad con un aspecto miserable, vergonzoso, en lo tocante a la limpieza pública, calles llenas de lodo, cerdos paseando por las calles, inmundicias en cada esquina…por lo que tuvo que tomar medidas drásticas para sanear la ciudad, a lo que el pueblo se negaba en rotundo, y a lo que él exclamó «Mis vasallos son como los niños, lloran cuando se les lava».

Cambió radicalmente el aspecto de la ciudad, se adoquinaron las calles, las dotó de iluminación, y la engrandeció con monumentos como La Cibeles, Neptuno, el Museo del Prado, la Puerta de Alcalá…

Tendió a unificar el sistema monetario creando el primer papel moneda y la primera banca estatal (Banco de San Carlos 1782).

Fue el precursor de la actual bandera nacional y de su himno.

Se casó una sola vez, con Amalia de Sajonia y en una carta a la reina madre describe sus primeros días de matrimonio:

«Nos acostamos a las nueve de la noche. Temblábamos los dos pero empezamos a besarnos y enseguida estuve listo y al cabo de un cuarto de hora la rompí. Desde entonces lo hemos hecho dos veces por noche y siempre nos corremos al mismo tiempo porque el uno espera al otro».

Moría en diciembre de 1788 sucediéndole en el trono su hijo Carlos IV…que vaya tela…

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Felipe V

Siguiendo con nuestra serie de publicaciones sobre los reyes de España, hoy toca el turno al sucesor de Carlos II, su sobrino-nieto Philipped’Anjou Bourbon, conocido como Felipe V de Borbón.

Fue el primer rey de la casa de Borbón en España y el que hasta la fecha más tiempo ha estado en el trono de este país, casi 46 años.

Accedió al trono tras vencer al Archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión.

Por el Decreto de Nueva Planta (1707 y 1716), a los reinos que lucharon en contra de Felipe V se les abolió todos sus fueros y sus instituciones forales, perdiendo toda su autonomía. Estos territorios fueron Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña.

El coste de la paz fue muy duro para España. El famosísimo Tratado de Utrech de 1713 daba por finalizada la guerra, reconocía a Felipe V como rey de España a cambio de entre otros territorios, las pérdidas de Menorca y Gibraltar en favor de Inglaterra.

Felipe V era una persona apasionada del arte y la cultura. En su reinado se construyó el Palacio de la Granja de San Ildefonso y se creó la Guardia de las Corps (Guardia personal del rey antecesora de la Guardia Real). Pero su proyecto más importante fue la construcción del Palacio Real de Madrid, el cual no vio terminar.

Remodeló los modelos militares creando las brigadas, los regimientos, los batallones…Se introdujeron novedades como los uniformes, los fusiles, las bayonetas…

Cabe destacar que Felipe V sufría grandes depresiones y durante periodos concretos España era gobernada por sus ministros y por su mujer, la reina Isabel de Farnesio, mujer de un carácter de los de aquí te espero.

Para intentar curar sus depresiones, la reina mandaba que le cantase un italiano llamado Farinelli, un castrati que con su voz lograba calmar el mal del rey y con su pene lograba el placer de muchas mujeres que nada tenían que temer a quedar embarazadas al carecer de testículos, los cuales le habían cortado para que su voz no cambiase al crecer….

Felipe V falleció en 1746 y le sucedió su hijo Fernando VI.

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Carlos II «El Hechizado» (IV)

Pues aprovechando la ola vamos a por la cuarta y última publicación sobre el rey Carlos II de España.

A los treinta y cinco años —si no antes— comenzaron sus accesos palúdicos, que ya fueron tratados con quina, pero que, al añadirse a la congénita decrepitud, fueron agotando sus fuerzas y su vida hasta el punto de que a los treinta y seis años ya era un valetudinario, flaco, descolorido y sumido en una melancolía permanente.

Durante su última enfermedad, reunido todo el protomedicato local, se acordó colocarle pichones recién muertos sobre la cabeza y entrañas calientes de cordero sobre el abdomen.

En vista de que los médicos no acertaban a curar al rey no se vaciló en atribuir todos los males a los hechizos y desde aquel momento se inicia una serie de actos patéticos que serían risibles si no fuesen lastimosamente ciertos.

El Palacio Real se llena de frailes, exorcistas y curanderos; por medio de una monja endemoniada se consigue que Belcebú hable claro al mismísimo inquisidor general del Santo Oficio:

—El rey está hechizado desde los catorce años —declara el diablo—, y por esta causa es incapaz de engendrar descendencia.
— ¿En qué forma se administró el hechizo a su majestad? —pregunta el sacerdote.
—Diluido en una jícara de chocolate…

Carlos II murió a las tres de la tarde del día 1 de noviembre de 1700, «después de cuarenta y dos días de flujo de vientre, agravados los cuatro últimos por una apoplejía».

El día 3 se le efectuó la autopsia, y según el testimonio de Ariberti: «No tenía el cadáver ni una gota de sangre; el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta; los pulmones, corroídos; los intestinos, putrefactos y gangrenados; un sólo testículo, negro como el carbón, y la cabeza llena de agua». Sus últimas palabras, en respuesta a una pregunta de la reina, fueron: «Me duele todo»

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Carlos II «El Hechizado» (III)

Vamos a por la tercera entrega del rey Carlos II.

A los nueve años aún no sabía leer ni escribir. Como se sostenía en pie con dificultad y se cansaba, sus juegos los realizaba sentado, sobre mullidos almohadones, rodeado de enanos y bufones, que le distraían continuamente, siendo las únicas que este príncipe entendía.

A los veinte años su inteligencia y sus conocimientos eran tan escasos como los de un niño.

Cuando tenía treinta años creyó hacer un gran esfuerzo al dedicarse, durante una hora todos los días, a la lectura de un libro de historia.

Era del dominio público la poca afición del príncipe a la higiene y el mínimo cuidado que ponía en su aseo personal. Gustaba de tener una larga cabellera que, enmarañada y sucia, colaboraba en no poca medida a dar el aspecto macilento y cadavérico que ofrecía su pobre figura.

A los treinta y dos años, después de sus múltiples afecciones, perdió el pelo, lo que quedaba disimulado debajo de la peluca que ya usaba y que no quiso empolvar nunca para no parecerse al rey francés.

To be continue…

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Carlos II «El Hechizado» (II)

Vamos a aprovechar antes de que finalice el domingo para contaros nuevas anécdotas de éste rey tan peculiar llamado Carlos II.

La llegada al mundo de este enfermizo heredero fue todo un espectáculo, pues si siempre se habían utilizado reliquias de santos para mejor ayuda al real parto, en esta ocasión se batió el récord. La cámara de la reina se parecía más a una sacristía que a una alcoba de parturienta; las reliquias se hallaban esparcidas por toda la estancia y alrededor del lecho.

Tuvo una infancia, enfermiza y escrofulosa, acompañada de una lactancia desastrosa y detestable, llegando un momento en que, más que mamar del pecho de sus nodrizas, les devoraba a mordiscos los pezones, causándoles profundas heridas.

Un informe para el rey de Francia Luis XIV señalaba lo siguiente: «El príncipe parece ser extremadamente débil. Tiene en las dos mejillas una erupción de carácter herpético. La cabeza está enteramente cubierta de costras. Desde hace dos o tres semanas se le ha formado debajo del oído derecho una especie de canal o desagüe que supura. No pudimos ver esto, pero nos hemos enterado por otros conductos. El gorrito hábilmente dispuesto a tal fin, no dejaba ver esta parte del rostro».

Su infancia no fue más que un largo constante gemido hasta los diez años. Todo el arte de la medicina, toda su ciencia, fracasaron para darle una salud más estable.

En breve conoceréis más cosas de él.

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Carlos II «El Hechizado» (I)

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Hoy vamos a hablaros del rey español sin lugar a dudas más peculiar de la historia, y como tiene taaaantas anécdotas, os las iremos contando en varias publicaciones.
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Nos referimos al último rey de la casa de los austria, Carlos II El Hechizado, hijo de Felipe IV y Mariana de Austria.

Este último vástago había sido engendrado, según confesión del propio monarca a un cortesano, «en la última cópula lograda con la reina», y como le decía uno de sus médicos: «…es que su majestad dejó para la reina sólo las escurriduras».

Su sobrenombre le venía de la atribución de su lamentable estado físico a la brujería e influencias diabólicas, fruto según se cree de la endogamia de sus predecesores.

La descripción oficial del recién nacido dice que era un niño de facciones hermosísimas, cabeza proporcionada, grandes ojos, aspecto saludable y muy gordito, lo que no concuerda con la descripción que el embajador de Francia hace del príncipe, diciendo que parece bastante débil, muestra signos visibles de degeneración, tiene flemones en las mejillas, la cabeza llena de costras y el cuello le supura. Total, una porquería.

Comenzó su infancia con una lactancia que duró exactamente tres años, diez meses y once días. Desde su nacimiento le atendieron un total de treinta y una nodrizas.

Continuará…

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Felipe IV

Buenaaaasss a tod@s los fieles ruter@s de Mayrit,

Siguiendo con la serie sobre los reyes de España, hoy vamos a hablar de Felipe IV.

Dicen que tenía la cara de alelado, la mandíbula eminente y el belfo caído que Velázquez tanto retrató con piadosos y cortesanos pinceles.

Quevedo explicó ácidamente que Felipe IV era como los agujeros, «más grande cuanta más tierra le quitan».

Felipe IV fue lánguido en el trabajo, pero ardiente en los lances de Venus. Se calcula que a lo largo de su vida engendró treinta y siete hijos bastardos y once legítimos.

Fue hombre de gran cultura y mecenas de las artes; se le considera el mayor coleccionista de pinturas del siglo XVII. Reunió para los palacios de la Corona más de 800 cuadros de los más grandes pintores.

La crisis le alcanzó de lleno. Un ejemplo, el día de San Francisco le pusieron a la Infanta en la mesa un capón que mandó levantar porque hedía como perros muertos. Luego siguió un pollo de que gusta, sobre unas rebanadillas como torrijas, llenas de moscas y se enojó de suerte que por poco no da con todo en tierra.

El rey antes de morir dejó mandado que se dijesen 100.000 misas y por su alma las necesarias

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Felipe III

Hoy vamos a hablar de un rey de la Casa de Austria…Felipe III

Dicen que salió a su padre en lo piadoso, cristiano sincero y gran rezador, pero el parecido se detuvo ahí porque no era trabajador y sólo le interesaban las fiestas y los saraos.

Su padre, Felipe II, con la previsión y la intranquilidad de los destinos de España, ya había dicho: «Dios, que me ha dado tantos reinos, me ha negado un hijo capaz de gobernarlos».

Ya a la edad de seis años, todos los días rezaba nueve veces el rosario de la Virgen, en recuerdo de los nueve meses que el Divino redentor del mundo pasó en las entrañas virginales.

Era un apasionado de la música, de los naipes, de las armas, los caballos y la caza, y un excelente bailarín.

Lo malo de este rey «brillante y holgazán», era que sólo se dio cuenta de lo mal que había gobernado a punto de morir, demasiado tarde para corregir el daño causado.

Felipe III murió prematuramente, a los cuarenta y tres años de edad, por culpa de uno de los muchos usos absurdos que imponía el rígido protocolo de la corte Austria.

Era marzo, que en Madrid puede ser mes crudo y siberiano, y habían colocado un potente brasero tan cerca del rey que éste comenzó a sudar copiosamente en su sillita de oro.

Un miembro de la corte dijo que quizás sería bueno apartar un poco al rey del brasero porque se estaba «socarrando», pero por cuestiones de protocolo, ese cometido correspondía únicamente al Duque de Uceda, el cual no estaba en el Palacio.

Cuando el Duque llegó el rey estaba empapado en sudor y aquella misma noche se le presentó una erisipela que lo llevó al sepulcro.

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El Príncipe Carlos

Sabías que…

Felipe II tuvo un hijo llamado Carlos de Habsburgo, su primogénito, el que a futuro estaba llamado a ser rey de España, pero salió rana…desde el principio.

María de Portugal, su madre, murió en el parto.

Se caracterizó por su desequilibrio mental, de muy posible origen genético pues tenía cuatro bisabuelos (en lugar de los ocho naturales) y seis tatarabuelos (en lugar de dieciséis).

Estudió en Alcalá de Henares y allí un día cayó por la escaleras y se abrió la cabeza, teniéndole que realizar una trepanación.

Conspiró con poco disimulo con los rebeldes flamencos contra su propio padre, el cual, harto de los atropellos de su propio hijo, decidió encerrarlo de por vida en su habitación, tapiando la puerta de acceso y dejando únicamente un hueco para que le pasasen la comida.

Su locura llegó a tal punto que estuvo a punto de morir de gula, para seguidamente dejar de comer y terminar muriendo de inanición.

Dicen que lo acontecido con este hijo dejó profundamente marcado a Felipe II…no es para menos…

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