Esta verbena se viene celebrando desde hace más de 200 años y según la tradición popular, nace con la costumbre de unas modistillas madrileñas del siglo XIX que vertían 13 alfileres en agua bendita de la pila bautismal de la ermita simulando el acto de las arras matrimoniales con el fin de lograr un noviazgo en el transcurso de ese año, ayudadas eso sí, por San Antonio, que según dicen es un santo casamentero como pocos.

A finales del siglo XX se hizo popular que se llenara de alfileres la pila bautismal, y al introducir la mano con la palma abierta hasta el fondo de la pila, al sacarla se comprueba el número de alfileres clavados en la palma, siendo tantos como novios asignados para ese año.

En la misa del día 13 se lleva a cabo la tradición de bendecir los panecillos, tras lo cual se reparten ante los presentes los «panes del Santo» que hay que conservar durante todo el año para que no falte el parné.

A principios del siglo XX para llegar hasta esta zona de forma colectiva, la única manera era en el tranvía nº 8 que venía desde la Puerta del Sol, el cual venía cargado de chulap@s, de ahí el dicho de «Eres más chulo que el ocho».

No lo dudéis, si tenéis la oportunidad acercaros a vivir la verbena al Parque de la Bombilla donde hay actuaciones del 9 al 13 de junio…y no olvidéis pasaros antes por la ermita donde está enterrado Francisco de Goya (es la ermita original, su melliza se hizo a principios del siglo XX para evitar el deterioro de los frescos de Goya y para que alli se celebrasen los actos litúrgicos), es un lugar con una belleza sin igual.